... Examiné a Belker y descubrí que estaba muriendo de cáncer. Le dije a la familia que no podía hacer nada por Belker, y ofreci realizar el procedimiento de la eutanasia para el Viejo perro en su casa.
A medida que hicimos los arreglos, Ron y Lisa me dijeron que pensaban que sería bueno para su hijo de 6 años de edad, Shane, observar el procedimiento. Sintieron que Shane podría aprender algo de la experiencia.
Al día siguiente, sentí el familiar nudo en mi garganta cuando la familia de Belker lo rodeaba. Shane se veía tranquilo, acariciaba al perro por última vez, y me pregunté si entendía lo que estaba pasando. A los pocos minutos, Belker se deslizó apaciblemente.
El niño pareció aceptar la transición de Belker sin ninguna dificultad o confusión. Nos sentamos juntos durante un tiempo después de la muerte de Belker, preguntándonos en voz alta sobre el triste hecho de que la vida de los animales son más cortas que las vidas humanas.
Shane, que había estado escuchando en silencio, elevó la voz y dijo “yo sé por qué.”
Sorprendidos, nos dirigimos a él. Lo que salió de su boca me sorprendió. Nunca había escuchado una explicación más reconfortante. Ha cambiado mi forma en la que trato de vivir.
Él dijo: “La gente nace para que puedan aprender a vivir una buena vida - como amar a todo el mundo todo el tiempo y ser buenas personas, cierto?'' y continuo: ''Bueno… los perros ya saben cómo hacerlo, es por eso que ellos no tiene que quedarse mucho tiempo.''
Toma una sonrisa, regálala a quien nunca la ha tenido. Toma un rayo de sol, hazlo volar allá en donde reina la noche. Descubre una fuente, haz bañar a quien vive en el barro. Toma una lágrima, ponla en el rostro de quien nunca ha llorado. Toma la valentía, ponla en el ánimo de quien no sabe luchar.
Descubre la vida, nárrala a quien no sabe entenderla. Toma la esperanza, y vive en su luz. Toma la bondad, y dónala a quien no sabe donar.
Descubre el amor, y hazlo conocer al mundo. -- Mahatma Gandhi.
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